jueves, 15 de julio de 2010

la música ,© ricitos de plata


Aquella noche Michelle estaba rebelde, indecísa…jodída. Su novio la había dejado en el momento que ella peor estaba, aun asií, Michelle había retomado las riendas de su vida.
Pensó vacilante , “un clavo saca a otro clavo”.

Preparó un baño caliente porque se dio cuenta que aun le quedaban algunas horas hasta el concierto de blues al que pensaba asistir.
Las sales, con olor a vainilla, eran gratificantes, la espuma sobre el agua caliente era una sensación muy agradable para esa mujer que sin saberlo iba a tener una noche misteriosa, inolvidable…
Pasado un rato en el agua, decidió poner la radio, en ese momento sonó una canción muy romántica del grupo al que ella iba a ir a ver esa noche.
-“ Que bien me lo voy a pasar esta noche, lo presiento”- susurró ella mientras hundía una de sus manos bajo el agua para juguetear enérgicamente con su húmedo y jabonoso sexo.
No tardó mucho en llegar a un orgasmo bastante intenso, mientras acariciaba dulcemente el clítoris con la yema de los dedos y con la otra mano se pellizcaba los pezones.

Tras arreglarse y ponerse preciosa, había extremado hasta el más mínimo detalle: tanga de encaje negro, sujetador a juego, tacones de charol negro y un vestido minifaldero y ajustado que dejaba poco a la imaginación masculina.
Su pelo negro ondulado cayendo por la espalda, sus ojos almendrados se tapaban parcialmente por su gafas de pasta negra y para rematar se había pintado sus carnosos labios de un rojo pasión brillante que “atontaba” a quien se los quedaba mirando, dejando entrever sus dientes blancos como perlas…

Quedó con Kat, su amiga de la infancia a la hora acordada, se sentaron en una mesita cerca del escenario, para poder ver bien el concierto. Las dos se pidieron un vodka solo con hielo.
Al comenzar el concierto, Michelle notó una sensación extraña, el ambiente embriagaba: el humo, las luces tenues… y especialmente un hombre del concierto, el guitarrista, estaba tocando un solo con una Fender negra, los focos le enfocaban.
Él y la guitarra estaban fundiéndose, como si la guitarra fuese una prolongación de sus dedos.

Tras esa imagen cautivadora, Michelle empezó a imaginar como serían esos dedos sobre su piel, bajo su vestido, hundiendose en ella con la suavidad y tranquilidad con la que tocaba su guitarra, era evidente, ese hombre la excitaba y no dudó en comentarle a Kat lo que estaba imaginando en ese momento.

Las miradas de Michelle y el guitarrista se cruzaron un segundo y fue como una chispazo, pese al ambiente cargado, se podían ver los preciosos ojos verdes que tenia ese hombre, su vidriosidad…
Tras varias canciones hicieron una pausa. La mujer aprovechó para ir a la barra y pedirse otro vodka. De repente dio un respingo, alguien de espaldas a ella le había agarrado de la cintura, ella se quedo quieta, notó que le daban un beso en el cuello. No se podía dar la vuelta, porque la agarraban firmemente, solamente olío el perfume de aquel hombre, que tras soltarla desapareció entre la gente y a ella no le dio tiempo a ver quien de todos los que estaba a su alrededor habia sido, quien en un momento, la había excitado tanto.
El concierto continuó, y las dos chicas iban a tener la suerte de poder conocer a los del grupo gracias a una amiga que se habían encontrado por allí.
Michelle estaba nerviosa, ya que el guitarrista le había gustado mucho… e iba a tener la oportunidad de conocerlo en persona.
Cuando terminó el concierto y habían recogido todo, llegó el momento. Al ir a darle dos besos al hombre que la había cautivado, no pudo evitar inhalar su perfume y, ¡por Dios!, era el mismo que el del hombre que la habia besado tan apasionadamente en el cuello
Ahora había enlazado todo, ¡¡quien la besó fue el guitarrista!!
Se puso tensa, avergonzada, pero su libido estaba por las nubes, quería tener a ese hombre hoy en la cama, como fuese.
Él le susurró al oido:

- “espero que te haya gustado lo de antes, porque si quieres te puedo dar muchos mas donde tu quieras”

eso fue lo que Michelle deseaba oír, y tras despedirse de Kat rapidamente y explicándole lo ocurrido, se marcharon los dos hacia su casa.

Allí fue algo fugaz, bonito y el principio de algo especial.
Robin, que así era como se llamaba el fabuloso guitarrista, no dudo ni un segundo en besarla con pasión tras cerrar la puerta del departamento. La beso, la recorrió con sus manos, con tanta pasión, que Michelle apenas podía respirar. Sus dedos eran como ella los había imaginado, suaves, hábiles y con cierta fuerza. La hacían estremecerse, pero ahora era el turno de ella:

Lo tumbó en la cama mientras le quitaba la camisa, los pantalones… sacó dos esposas del cajón y lo ató a la cama, así él tendría la tentación de tocarla, pero no podría, así que iba a ser una tentación…
Recorrió su cuerpo con la boca: besos, mordiscos, lametones…Robin estaba que no podía mas, quería tocarla, besarla… pero no podía porque las esposas le apretaban demasiado como para moverse mucho. Michelle no tardó mucho en quitarle los calzoncillos negros que llevaba, dejando al descubierto aquella erección, que estaba llegando a ser un poco dolorosa. Pasó la lengua juguetona por toda la punta de aquel miembro tan apetecible, provocando un suspiro muy intenso, mientras que con las manos no dejaba de tocar todo el cuerpo de Robin.
Antes de seguir con la tortura, ella se subió encima de él, pero dándole la espalda, así cabalgó un buen rato dejándole a punto de caramelo, le soltó las esposas, y no tuvo tiempo de decir nada, porque apenas le soltó, fue directo a su boca, a besarla, tocarla, a follarla como nunca lo había hecho con nadie, esa mujer le había tenido a su merced, le había dejado claro quien dominaba la situación, quería que fuese suya, quería hacerla gozar como lo había hecho con él, llevarla al orgasmo mas puro.
Con gran brío, la puso debajo suyo, mientras la besaba, no dudo ni un segundo en clavarsela hasta lo mas profundo de su ser, ahogando el suspiró con sus lenguas entrelazadas, ella estaba húmeda, muy húmeda, se había excitado tanto teniéndolo esposado que ahora necesitaba que la poseyese, que la amase…
No tardaron mucho en llegar al orgasmo casi a la vez, al unísono.


De repente Michelle se levanto sobresaltada, sonaba su movil!!!
No se lo podía creer, era Kat, echándole la bronca, que por qué llegaba tarde.



Chicos, chicas, fue un dulce sueño que había tenido Michelle ,ya que se había quedado dormida en la bañera tras el orgasmo obtenido por su dulce mano.

2 comentarios:

  1. Ricitos, genial, excitante!!!! tanto que me apunto al próximo concierto de blues que encuentre por mi zona! jajaja
    Quizás fue un sueño, pero existen los sueños premonitorios

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  2. ojala, la verdad que si que m gustaria encontrar alguien asi...

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