jueves, 1 de julio de 2010

Queening


La Coronación es, básicamente, el empleo de un rostro masculino,esto es, la boca, la nariz y la lengua, como un sustituto de las relaciones sexuales y la masturbación, por una mujer dominante. Lo que no obsta para emplear una fémina para este menester, por parte de la dominadora.

Sitúa al hombre en la más servil y subordinada posición, bajo las nalgas
y la entrepierna de la mujer. Ella se sienta en su cara o le atrapa la cabeza entre sus muslos.

Todo el acto está dedicado a su placer, sus orgasmos y sus tempos. El placer del hombre o el dolor, la satisfacción o frustración, deseos o temores son de poca importancia, para estas coronantes, si los hubiere.


Esta práctica emocionante, sexualmente deliciosa, para ellas no te jode, tiene una historia antigua y tradicional. Señoras medievales, demasiado pudientes, a menudo tenían pajes, cuyo único trabajo era darles por vía de la boca, labios y lengua servicios de alivio bajo su falda, mientras sus maridos estaban ausentes, quedando por tanto, técnicamente fieles.

Más de un joven tuvo su primera experiencia en el sexo con la cabeza hozando los bajos de su señora, con su coño enérgicamente trotando en su cara. Muchas jovencitas aún vírgenes, disfrutarón de orgasmos por boca un sirviente masculino como sus primeras experiencias sexuales. En la antigua corte china una larga lengua entrenada de esclavo fue a menudo utilizado por la realeza femenina y damas de la corte con la misma naturalidad como si se tratase de ir al baño.

El esclavo podía ser requerido, cara-follado, para luego ser desestimado con toda naturalidad y tranquilidad. En el antiguo Japón, los prostíbulos proporcionaban víctimas masculinas para tal uso para clientela femenina, pagando por ello mujeres y jovenes.

Boca y lengua dan servicio sexual a los genitales femeninos como 'cunnilingus' o 'cunnilinctus " literalmente lamiendo/succionando el coño.La Coronación requiere un adecuado emplazamiento ( o asiento) del potorro de la mujer en la parte superior de la cara masculina, usandola sin piedad y egoístamente. Ella manda, el hombre obedece.

Tener al esclavo masculino empalmado, frustrado e insatisfecho aumenta los placeres sádicos que disfruta la mujer.

En la antigua Persia, existierón unas sillas hábilmente construidas con una cara masculina sustituyendo el centro del asiento. Así las doñas podían levantar sus faldas, sentarse, cubrir el "decorado"con las faldas, y con suaves hip- hop, yeaahhh!, arreee!, rítmicos y firmes movimientos de nalgas disfrutar de orgasmos privados, incluso cuando los demás estaban presentes.

Un antiguo graffiti indio representa escenas erótico festivas de esta guisa, con las "doncellas" vestidas, obviamente en éxtasis, montando una cara masculina, mientras admiran una enorme erección masculina. Es decir en mística oratoria al Lingam.

En tiempos más recientes, institutrices y niñeras del entorno occidental, se han "desvivido" por enseñar a los machos jovenes bajo su tutela, el cómo agradar su entrepierna con la lengua. Más de un acojonado e intimidado adolescente victoriano conocío íntimamente las interioridades, bajo las faldas, de su preceptora y sintió el férreo control de sus enligados muslos alrededor de su melón.

Enmascarado como un castigo y por lo general seguido o precedido de una paliza, la coronación se llevaría a cabo en condiciones de disciplina y severidad. La orden tajante y cortante del superior, la demanda sin sonreír sería seguida por una elevación susurrante de la oscuridad, faldas voluminosas al vento, el despojarse de las bragas de la tutora y el descenso de las pesadas, carnosas y calientemente húmedas nalgas y la entrepierna aposentandose en la cara del muchacho...acojonaría al más bragado a la par que bregado mozalbete educado en la disciplína británica.¡Qué el cielo le ayudase si no satisfacía a la doña!. Se iría caliente a la cama, y no precisamente por excitación sexual.

Incluso en las habitaciones de la servidumbre, el más joven sirviente masculino, es decir el pringadillo, a menudo encontraba la jeta atrapada bajo las faldas de sus compañeras de curro.

Unos toques de crueldad parece haber sido, también, el ingrediente básico de la liturgía en la coronación desde los tiempos antiguos.

'Coronación' por definición, requiere una mujer dominante, exigente y un subordinado y obediente hombre. La mujer debe preocuparse sólo de su placer y satisfacción personal.
La boca, los labios, la lengua y la nariz del hombre no son más que herramientas destinadas para el placer de sus labios, clítoris, vulva y conducto vaginal. Debe estar "motivado", si es necesario por castigo doloroso, en el uso adecuado de sus rasgos faciales.

El objetivo de ella es procurarse el deleite y satisfacción orgásmica máximos sin preocuparse de su víctima, su humillación y su malestar.
Él no es más que un juguete sexual, ya que no tiene más
importancia que la taza del WC, sus compresas, su dildo, su pañuelo, su papel higiénico, condones o píldoras anticonceptivas, o su ducha vaginal, todos muy necesarias para su higiene y bienestar sexual, pero que todos, estos elementos, son de usar y tirar.

La elección del tipo de esclavo depende de ella. Ella puede desear cabalgarse un hombre debilucho. Se puede encontrar más deleite en domar un hombre fuerte y macho. Puede tener un marido engatusado al cual humillar, insultar y trotar sobre sus careto..

Puede haber desarrollado su talento cuando colegiala, junto con sus amigas, reteniendo al pelele de turno en el lavabo de las chicas y turnandose en cuclillas sobre su cara. Ella pudo haber adquirido experiencia al dominar un hermano más joven, montado en su cara puteándolo mientras sus padres estaban dormidos o fuera de casa.

Algunas de estas amazonas gustan de tener un dildo enhiesto que sobresalga por la boca de su montura como un accesorio más. Esto proporciona agradables, orgasmos vaginales, pero impide ser chupada y lamida por la víctima. Otras mujeres ciegan a sus esclavos colocándolos en decúbito prono, negándoles así cualquier placer visual que puedan obtener.

Unas pocas damas crueles, como colofón orinan en la cara del ínclito después de haber llegado al orgasmo. Otras disfrutan reclamando su derecho a nariz, boca y lengua después de disfrutar de un adultero polvo con un amante, con lo que la víctima es aún más humillada.

La mayoría de las damas de coronación tienen talento para humillar, insultar, atormentar, degradar y se burlan de sus víctimas antes y después de este cunnilingus forzado.
Es esencial que el esclavo íntime más con las partes del cuerpo de una mujer que requiere esta suerte de mantenimiento por medio de su lengua, labios y nariz. Arrodillada a horcajadas sobre su cara, con los ojos muy cerca de su coño, es una tortura agradable.
Él debe tener la posibilidad de ver y sentir cada parte de su equipamiento sexual, clavando la vista en la entrada de la vagina y memorizar su clítoris, sus labios y su vulva. Usando sus dedos para estirar sus labios vaginales tiene que insistir en que él mire y aprenda. También él debe contemplar su ojete, con respeto, sea el caso que ella decida tener su nariz insertada en él.

Ella debe enseñarle la forma de besar, lamer y chupar su sexo, con especial atención a su clítoris. Él tiene que chupar y libar sus néctares sexuales. Para agregar una emoción más a su placer, ella debe acojonarle.

El debe estar impresionado. Tiene que adorla. Él debe manifestar su respeto, y reconocer su superioridad. Debe adorar sus genitales. Ella es su diosa, su destino. Su vida es menos importante que un solo orgasmo disfrutado por ella.

Trotar sobre un rostro masculino( o femenino) requiere cuidado, experiencia hábil, tanto como se requiere para aprender a montar a caballo.
La cadera y los movimientos de las nalgas son la clave del éxito. La colocación cuidadosa del potorro sobre la boca o la nariz es, por supuesto, esencial, y puede requerir de algún ajuste, retorciéndose ella si es preciso, hasta que las partes serviciales del macho de están bien ubicadas.
Puede ser que la doña desee la napia insertada en su ano mientras la boca limpie sus bajos. Ella, por supuesto, podrá explayarse dura y salvajemente como ella desee en el momento que se corra. En ese momento no tiene que preocuparse en lo más mínimo si se ahoga, o se asfixia.

Después del orégano puede relajarse, todavía sentada en la cara y disfrutar de un cigarrillo o una copa de vino (o dos si son pequeñas). Cuando desmonte lo hará con indiferencia ignorando al capullo, despidiéndole de manera abrupta, enviándolo a continuar sus labores domésticas, seguido de burlas e insultos. Tal vez lo preste a las colegas.


Para alcanzar la perfección, la plenitud, la mujer madura siempre debe tener dos hombres en su vida, uno de folle con ella normalmente y el otro para ser reinado (o coronado) por ella, su esclavo.

12 comentarios:

  1. ME ENCANTA!!! pero siempre he tenido miedo de aplastar al de debajo, pero hacer "la sillita de la reina" es genial!! o sino, tumbarte,abrirte de piernas y ala! que te chupen todo lo que quieran...

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  2. Mientras la reina vaya depilada.

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  3. Alonso: como el susodicho no se puede quejar ni nada, es puro vicio para la mujer, yo que tú diria: "que esté limpia" pq sino.... puag!!!! que asco!!!el pelo ni tan mal pq si se te queda alguno en la boca disimuladamnte te lo puedes quitar, pero el mal sabor de boca que te deja lo otro..... :(

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  4. Dejémoslo en limpita y depilada. Es justo.

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  5. venga chicas, se supone que se trata de que se joda, un objeto, un dildo ¿le preguntas al vibrador "¿estoy bien depilada, cariñito?"

    A mi´es que me falta esa parte de abusadora... porque cuando se te vaya un poco la olla en la exaltación del momento puedes ahogar al pobre hombre tapándole boca y nariz!, por donde respira?. En fin, que yo nada sin su consentimiento :)

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  6. Manía con el depilado.
    Pensandolo...barba de tres o cuatro días valdría para rasparle un poco y joder aún más la marrana.
    Supongo que en el climax, Zeltia, os daría, a las mujeres, por restregar el vulvamen por la faz del membrillo, con movimientos circulares, lo que, si anda espabilado, permitiría la renovación de aire. Si no que respire por el bujero del cimbel emulando a los cetáceos.

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  7. esto seria una tortura, pero para mi. no me piace niente

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  8. Pues mira....me pone a mí esto de jugar a la coronación.
    Cuando encuentre un voluntario, me lo apunto. Eso sí....no seré una reina déspota. No insultaré, ni le menospreciaré y mucho menos me mearé encima, puaj qué asco!
    Incluso si el susodicho consigue un diez, igual hasta me pienso lo de devolverle el favor

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  9. belkis, ¡¡¡¿¿¿tú eres de las que ponen nota a los hombres???!!!

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  10. Será un 10 en la escala Reamur, a la hora del estremecimiento del serrano, no de la fuerza, en el culmén del orégano.

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  11. Alonso, Tiberio....no es que ponga nota, pero alguna valoración se ha de hacer, no?
    De todos modos, soy benévola totalmente...no hay nadie que suspenda y todos sacan notas altas. Soy una blanda!, qué le vamos a hacer?

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  12. belkis, es que yo soy objetor de la enseñanza académica.

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