Imagina, Tiberius Máximus, que en pleno fragor vaporoso grita la interesada: "¡Más madera pa mi coño!". Y claro, al ponerle más madera, coge mucha presión, explota del todo y hay una carnicería. Creo que la oficina de patentes rechazó el cacharro no por excesiva moralidad, sino porque lo vieron peligroso. Ahora, por suerte, tenemos el Sibyan, que va a enchufe y no da calambre (bueno, al menos no eléctrico).
Pero con el aparetejo del ciclo de Carnot podías darte unos baños de vapor, que eso curte el potorro y ayuda a marcar el tiempo. Es como el chucuchú del tren, pero gostossamente con biela - manivela.
Imagina, Tiberius Máximus, que en pleno fragor vaporoso grita la interesada: "¡Más madera pa mi coño!". Y claro, al ponerle más madera, coge mucha presión, explota del todo y hay una carnicería. Creo que la oficina de patentes rechazó el cacharro no por excesiva moralidad, sino porque lo vieron peligroso. Ahora, por suerte, tenemos el Sibyan, que va a enchufe y no da calambre (bueno, al menos no eléctrico).
ResponderEliminarPero con el aparetejo del ciclo de Carnot podías darte unos baños de vapor, que eso curte el potorro y ayuda a marcar el tiempo. Es como el chucuchú del tren, pero gostossamente con biela - manivela.
ResponderEliminarHombre, como ruido mucho más sugerente el de la máquina de Watt, sí.
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