jueves, 18 de marzo de 2010

un equívoco

Las gafas para la novia.

Un amigo mío se fue a Madrid en viaje de trabajo, sabiendo que su novia necesitaba unas gafas para la vista y, encontrando la ocasión de comprarle unas muy bonitas y baratas, entró en una óptica.
Después de ver unas cuantas, se decidió por unas y se las compró.
La dependienta se las envolvió y pagó la cuenta pero, al marcharse, en lugar de coger el paquete con las gafas, cogió otro muy parecido que había al lado. El paquete contenía unas bragas que una clienta de la óptica acababa de comprarse en una tienda de lencería.

Mi amigo, que no se dio cuenta de la equivocación, se fue directamente a correos y le envió el paquete a su novia, junto con una carta.

La novia al recibirlo se quedó extrañadísima con el contenido
así que abrió la carta y leyó:

Querida Marta:

Espero que te guste el regalo que te envío, sobre todo por la
falta que te hacen, ya que llevas mucho tiempo llevando las mismas y éstas son cosas que se deben cambiar de vez en cuando. Espero haber acertado con el modelo. La dependienta me dijo que era la última moda, de hecho me enseñó las suyas y eran iguales.

Yo, para comprobar si eran ligeras, las cogí y me las probé allí mismo.
No sabes como se rió la dependienta, porque esos modelos femeninos en los hombres quedan muy graciosos y más a mí, que sabes que tengo unos rasgos muy prominentes. Una chica que había allí me ayudó también a decidir. Me las pidió, se quitó las suyas y se las puso para que yo pudiera ver el efecto. A esta chica le lucían menos que a la dependienta, porque el pelo se las tapaba un poco por los lados, pero aún así, me pareció que le favorecían muchísimo.

Finalmente me decidí y te las compré. Póntelas y se las enseñas
a tus padres, hermanos y, en fin, a todo el mundo, a ver qué dicen. Al principio te sentirás rara, acostumbrada a ir con las viejas, y últimamente al no llevar ningunas, pero sobre todo, mira que no te estén pequeñas, que si no te van a dejar señal cuando te las quites.

Ah, y ten cuidado también de que no te estén grandes, no sea que se te caigan cuando vayas andando.

Para que te sean útiles y resulten más bonitas, me han aconsejado que las limpies muy a menudo. Igualmente me recomendaron que tengas cuidado con los roces porque se acaban estropeando. Llévalas con cuidado y, sobre todo, no vayas a dejártelas por ahí y las pierdas, que tú tienes la costumbre de quitártelas en cualquier parte.

En fin, para que te voy a decir más.

Estoy deseando vértelas puestas. Creo que este es el mejor regalo que podía hacerte.


Un beso tu Carlos.

Fuente: anónimo, de esos correos que circulan por la red.

4 comentarios:

  1. Soy yo...¿O eso de "unas bragas" me suena fatal?

    De pequeña yo las llamaba así, y mi madre siempr eme decía "niña! no digas eso! que parece que llevas puestas 8 bragas! ¿Llevas una no? pues di, braga, no bragas" Y esa frasecita de mi madre me caló hondo que a día de hoy....me suena fatal eso de bragas.

    Que pena de una foto de la cara de Marta al ver el regalo y leer la carta jajajaja

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  2. María:
    Me parece que andas bajo los efectos de unos traumas infantiles.Acuña nuevo termino, por ejemplo máscara del toto, y emplealo.

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  3. Pues yo tampoco sé porque se le llama bragas pero es correcto, seguro. También en masculino es en plural, se dice calzoncillos, no calzoncillo.
    Aquí llamamos braga a esa especie de bufanda, cerrada, para proteger el cuello del frío.

    Tiberio, el relato genial. Y no sólo que pulule por la red; a mi padre ya se lo habían pasado -entonces en papel manuscrito- cuando yo era una pipiola adolescente.
    Mi padre me lo leyó para ver si yo lo entendía. Y lo entendí! jajaja

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  4. Esto me lo enviaron hace tiempo por mail, efectivamente. Me hizo su gracia, sí.

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