La Iglesia de Roma debería plantearse muy en serio el asunto del celibato de sus sacerdotes, que a mi entender el voto de castidad debería ser voluntario.Volcarse en una ordenación canónica como la de la Iglesia Anglicana pudiera, tal vez, eliminar actuaciones como la que a continuación he leido, vía meneame.net, en el mundo.es.
Diez avemarías por haber sido violada en el confesionario.
porEduardo Suárez (Corresponsal) | Londres
Suele decirse que en el pecado lleva uno la penitencia. Un aserto que no es exactamente cierto en el caso del cura irlandés Maeliosa O’Hauallachain, que cometió primero un pecado terrible y le impuso luego la penitencia a su víctima. El caso lo juzga estos días un tribunal de Dublín, que escuchó el martes el testimonio escalofriante de la víctima: una mujer que tiene ahora 42 años y a la que el cura sometió a abusos sexuales entre 1981 y 1982.
Todo empezó el 31 de julio de 1981, cuando la niña acudió a confesarse a la parroquia. Se arrodilló en el confesionario y dijo: «Bendígame, padre, porque he pecado». El sacerdote atisbó entonces su rostro a través de la celosía y dijo: «Ah, pero si eres tú». Y se decidió a meterla dentro del confesionario.
Sentada en sus rodillas, la niña empezó a contarle sus pecados pero él la sujetó por los hombros y la besó en los labios. «Entonces», recuerda la víctima, «metió mi mano dentro del bolsillo de su hábito y me obligó a jugar con su pene».
Concluidos los vaivenes, el sacerdote zanjó el asunto en un modo sorprendente: nada menos que administrándole la absolución a su víctima no sin antes ponerle la penitencia. «Me dijo que rezara 10 avemarías y no contara a nadie lo que había pasado», recuerda, «y yo como una idiota salí y recé mis avemarías. Me sentía avergonzada por lo que había hecho en casa de Dios…».
Lo peor es que no fue un incidente aislado. El padre O’Hauallachain abusó de su víctima al menos durante un año. De vuelta del colegio, la metía en la sacristía y la obligaba a masturbarle dentro de la iglesia. Una tarea que facilitaba el hecho de que el sacerdote no llevara calzoncillos debajo de la sotana.
Las secuelas desencadenaron en la víctima una crisis nerviosa que le empujó al alcoholismo y que le llevó a embadurnarse de crema para quitarse de encima el olor del sacerdote. «Me sentía sucia», explicó al juez.
El caso de O’Hauallachain es uno de los muchos de pederastia que han sacudido en los últimos años a la Iglesia irlandesa. Casos ocultados durante décadas por el establishment político y la jerarquía católica y que empezaron a emerger el año pasado con la publicación de dos informes demoledores sobre la responsabilidad de la Iglesia en escándalos de abusos y pederastia.
También recordar a Roma que Jesús de Nazaret edifica su Iglesia en la gente, no en una organización jerarquizada; que sus fieles tendrían que definir ese magisterio de la Iglesia.
Contra la tentación, emasculación.
ResponderEliminarPrecedentes: Orígenes (185d.C.-254d.C.). Resumen de su denodada vida:
Hijo de San Leónidas, nació en Alejandría y fue discípulo de Clemente de Alejandría y de Ammonio Saccas. Enseñó el cristianismo a paganos y a cristianos. Viajó a Palestina en el año 216 para hablar sobre las Escrituras.
Fue nombrado profesor de catecúmenos y director de la Escuela Teológica de Alejandría. Disfrutó de un periodo de tranquila creatividad hasta su enfrentamiento con el obispo local, Demetrio, que lo llevó a exiliarse a Cesarea de Palestina. La causa aparente de este enfrentamiento fue la ordenación sacerdotal que Orígenes recibió en Cesarea sin conocimiento de Demetrio, pero la causa real fue la imposibilidad de Demetrio de mantener a su lado a un hombre del prestigio y la talla espiritual de Orígenes. (Uséase, la envidia cochina.)
Hay que tener en cuenta que, según las ideas de la época, Orígenes no podía recibir las órdenes por ser eunuco, ya que se autoemasculó en su juventud en un arrebato de ascesis. (Con un par: la polla le impedía concentrarse bien en los misterios teológicos.)
En Palestina, Orígenes se ganó la amistad de los obispos Teocisto de Cesarea y Alejandro de Jerusalén, y pudo desarrollar sin problemas su actividad docente y pastoral.
En el año 250 fue encarcelado durante las persecuciones emprendidas por el emperador Decio. Fue sometido a tortura durante un año y murió cuatro años después como consecuencia del maltrato sufrido. (Qué huevos.)
Conclusión: el que no esté dispuesto a cortársela, que no se meta cura y no joda.
Tuve que buscar esta noticia en Google porque me costó creer que el nombre del cura fuera real. Pero resulta que lo es :-O
ResponderEliminara mí no me cuesta nada creerlo. lo del agujero en el bolsillo de la sotana debió ser una práctica bastante común, porque aquí en a coruña hai un colegio, donde toda una generación podría contar el empeño que tenía un sacerdote en que metiesen la mano en su bolsillo p0ara encontrar "una sorpresita"
ResponderEliminarpor otra parte, a mi la iglesia católica me da náuseas
y despues me dicen porque razon no he bautizado a mi hijo , con tantos curas violadores yo que vivi cerca de tierras indigenas fui testigo de como los famosos misioneros de la palabra se han pulido mas de una indiecita y salen blanquitos con los ojos verdes y azulez y para colmo hay que quitarles los niños rapido porque son repudiados maltratados y hasta matarlos para hacer conjuros y hechicerias y ni hablar de los abusos ahi es cuando la autoridad interviene y los mandan a orfanatos donde como siempre mas curas metiendo sus sucias manos por alli tambien...... con migo se quitaran esa paja porque dios esta en todas partes no necesita templos y menos iglesia
ResponderEliminarO sea que de cinco muestras aleatorias, somos cuatro los que estamos convencidos de la perversidad de una parte más o menos grande de los miembros de la Iglesia Católica. En concreto, mi parte incluye tanto a consagrados como a no consagrados, pues he visto gente de misa diaria la mar de h. de p.
ResponderEliminarMe divierte mucho cómo lo cuenta Mya, y cómo no, con esa cosa suya de realismo mágico. ¡Un indiecito blanco y con los ojos azules! Ahí volvemos a tener el rollo de los íncubos, vaya que sí.
Como Zeltia, nauseas también.
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